Texto y fotos: Raúl Rubio
Ahí esta. En uno de los lados de la ría, en un entorno industrial, aparece. Blanco y majestuoso. Sinuoso. Con curvas que conducen la mirada. Una y otra vez. Ida y vuelta. Una y otra vez. En silencio.

Es el Centro Niemeyer de Avilés (Asturias), un diseño que el arquitecto brasileño Oscar Niemeyer quiso regalar como agradecimiento por haber recibido el premio de las Artes de los Príncipe de Asturias en el 25 aniversario del citado galardón.
Fue inaugurado en 2011 con un concierto de Woody Allen. Suponía un salto hacia la modernidad. No exento de polémicas por su gestión, lo cierto es que se trata de uno de esos proyectos emblemáticos que cambian una ciudad.


Cómo ubicar un epicentro cultural en un entorno industrial sonaba a reto complicado. Pero ahí está, destacando a la vez que formando parte del conjunto. Con el blanco del hormigón con un dominio predominante (al que se unió el gris casi blanco del cielo encapotado del día en el que yo estuve allí), se suman ligeros toques de color, de unos intensos amarillo y rojo.


Aunque, para colores, los que alberga en el vestíbulo del Auditorio, que acoge Ouka Leele Inédita, una muestra retrospectiva de la fotógrafa española, cuyo uso del color la hace plenamente reconocible.

Premio Nacional de Fotografía en 2005, Bárbara Allende Gil de Biedma (que así se llama en realidad Ouka Leele) ha explorado en diferentes formas de representación de la fotografía (blanco y negro, color y fotografías pintadas) además de otras formas artísticas de expresión, como la poesía.


Tiene un uso del color muy característico (a mano o a máquina), al igual que con la forma de titular sus obras. Por estilo y por personajes a los que retrató, se evidencia su relación con la Movida madrileña de los 80.

Aquí os dejamos la galería completa que, como veréis, no tiene fotos con angulares o teleobjetivos. Todas fueron tomadas con un 50 mm en una cámara con sensor APS-C (es decir, sobre un 80 mm real). Ya se sabe… si viajas, ahorra espacio y peso.