Texto y fotos: Raúl Rubio
El fin de semana pasado se celebró en Castellón el Campeonato de España de atletismo en categoría absoluta. Sí, el del doblete de Adel Mechaal (ganó el 1.500 y el 5.000); el del récord de España de Sabina Asenjo en lanzamiento de disco (61.36); o el que ha encumbrado al Playas de Castellón, mejor club de Europa, también como el mejor de nuestro país. Pero, para mí, ha sido el del triunfo de las chicas de la Generación Pop, atletas incombustibles por su clase, su ambición y su talento.

Hablamos de Ruth Beitia (36 años), Concha Montaner (34) o Naroa Agirre (36). Entre las tres suman 63 oros en Campeonatos de España. Y alguna de ellas (si no las tres) estarán en el próximo Mundial de Pekín.
Ruth Beitia no echa de menos a Marta Mendía. Aquellos para quienes (como yo) Larios fue un mítico equipo antes que una bebida, aún recordamos sus duelos con la saltadora navarra. Pero hace tiempo que Ruth se quedó sola. En la cima. Tras un amago de retirada volvió. Con su mejor versión. Acumula 11 títulos de campeona de España y 14 indoor, además de medallas en Europeos y Mundiales. Poco más que decir.

Pues bien, la cántabra, como viene siendo habitual, se quedó sola en las últimas alturas. Con el título en la mano, tocaba decidir: seguir compitiendo, o abandonar. Se echó una de sus siestas y dijo a los jueces “dos-cero-uno” (esto es, 2.01 metros). No había intento de récord de España pero habló con alguien en la grada (tal vez su entrenador, Torralbo) y se dirigió a toda prisa hacia los jueces gritando: “¡No! ¡No! Dos-cero-tres. Dos-cero-tres”. Es decir, había intento de récord de España. Y lo había también en sus piernas. Estuvo cerca. Tal vez en el Mundial lo consiga.
Concha Montaner, la española que acarició los siete metros en salto de longitud, no se llevó el oro esta vez. Pero verla discutir con los jueces (como lo hizo) por un nulo justito reconforta. Porque después de 7 títulos al aire libre y 11 indoor, de haber acudido a tres Juegos Olímpicos y cuarto Mundiales, aún le duele perder. Y no tener la mínima. No está de paseo. Y mantener la ambición después de tantos años, tiene su mérito. Acabó con los muslos rojos (de tanto golpeárselos antes de saltar) y cojeando tras el relevo 4×100.

Naroa Agirre es nuestra Yelena Isinbayeva. Por sus ojos claros y por su dominio de las alturas. Acumula 9 títulos al aire libre y 11 indoor, y presencia en dos Juegos Olímpicos y cuatro Mundiales. Ahora el 4.50 se le resiste. Es el vuelo que le falta para ir al Mundial. Y lo tiene entre ceja y ceja. Tanto, que casi le cuesta el título en Castellón. Pero, por suerte, llevaba su libreta.

Naroa utiliza la escritura para afianzar su concentración, focalizar la atención en lo realmente importante y abstraerse de la presión mal entendida, de esa que en lugar de sumar, resta. Suele hacerlo antes de competir, pero este fin de semana lo necesitaba también sobre la pista. “Estaba en un momento en el que peligraba hasta la competición y a mí no me gusta perder, claro. Escribir me sirve para focalizar la atención sobre aquello que es realmente importante y en ese momento las cosas no iban bien, así que saqué la libreta y el boli y empecé a escribir sobre los fallos que estaba cometiendo, las cosas que tenía que hacer mejor y cómo hacerlas”. La pertiguista vasca, que tiene el récord de España al aire libre en 4.50, acumulaba entonces dos nulos sobre 4.15. Unas pocas palabras después, superaba el 4.30 a la primera y evidenciaba que el 4.40 está a su alcance. Y quién sabe si el 4.50.

Fue un éxito rotundo para el Playas. De organización y deportivo. En un recinto renovado y moderno, con la grada a rebosar, y con sus atletas sin bajarse del podio. Lideró el medallero con 25 metales y la tabla de puntos, con 267,5 (a más de 80 del FC Barcelona, segundo). Además, se dio un homenaje premiando a sus antiguos internacionales (tal vez faltó alguien) y Dani Anglés se despidió del peso pasando por la ría y recibiendo el cariño y reconocimiento de sus compañeros.

El atletismo es un deporte extremo, que lleva a los deportistas al límite y que ofrece una plasticidad mucho mayor que el ciclismo (otra disciplina agónica). Los gestos son casi tan importantes como la propia competición.

Nosotros hemos intentado captar tanto lo que pasaba en las carreras y los concursos, como lo que expresaban los atletas. Y lo recogemos en esta amplia galería.

En resumen, sólo faltó buena música en la megafonía para acompañar dos jornadas intensas. Aunque fuera pop.
Un comentario en “Las reinas (pop) del atletismo español”