Fotos y texto: Raúl Rubio
Cuatro músicos sobradamente preparados (a tres de ellos les conozco bien) que estrenan proyecto. Motivo más que suficiente para acudir. Había mucha expectación (tal vez no mucho público, pero sí con muchas ganas de saborear por primera vez esta propuesta) y no defraudaron.
Étant Donnés se estrenaron el pasado viernes 23 de mayo en el Zeppelin, dentro del Cicle Mutant de la Vall d’Uixó. Era su primer concierto. Quién lo diría…

Sabía que no tomarían el camino fácil. Música con ADN vallero que navega por lugares poco comunes (sí, en la Vall también puede hacerse música así) y, en cierto modo, aún por definir.
De momento, Étant Donnés se intuye. Tal vez porque mezclan canciones en las que te miran a los ojos (preciosa ‘Morricone’s ecstasy’) con otras en las que se miran los pies
De momento, Étant Donnés se intuye. Tal vez sea porque mezclan canciones en las que te miran a los ojos (preciosa Morricone’s ecstasy) con otras en las que se miran los pies. Tal vez porque lo mismo te susurran con una melodía instrumental preciosa, que te gritan desde lo más hondo de la rabia. Tal vez porque mezclan canciones en inglés con otras en valencià. Tal vez por el cambio constante de guitarras y sonidos…
O, simplemente, tal vez porque están en periodo de investigación, de acoplamiento. Pero sí, en todo lo que hacen hay un algo común, un cierto toque inquietante, como el cuadro de Marcel Duschamp que da nombre a esta banda. Un surco sinuoso de intensidades y sensaciones en el que merece la pena sumergirse.
Siguiendo esa dicotomía, os presentamos una galería que entremezcla el color y el blanco y negro. Las fotos han sido tomadas con una Canon 600D y un objetivo Canon 50mm 1.8.